Las palabras fueron avispas y las calles como dunas cuando aun te espero llegar de un momento a otro.
En un ataúd guardo tu tacto y una corona con tu pelo enmarañado queriendo encontrar un arcoiris infinito
Mis manos que aún son de hueso y tu vientre sabe a pan la catedral que es tu cuerpo lo será del enemigo
Eras verano y mil tormentasy yo el león que sonríe a las paredes que he vuelto a pintar del mismo color
No sé distinguir entre besos y raíces,
no sé distinguir lo complicado de lo simple
Y ahora estás en mi lista de promesas a olvidar todo arde si le aplicas la chispa adecuada.